Decorar rincones difíciles no tiene por qué ser un drama. Todos tenemos ese hueco raro en el salón o la esquina olvidada donde ni cabe una planta. Pero esos espacios pequeños pueden dar mucho juego si sabes cómo tratarlos.
Con un poco de chispa y los objetos adecuados, ese rincón muerto se convierte en tu zona favorita. Sigue leyendo y te contamos cómo hacerlo.
¿Cuáles son los rincones muertos más comunes en una casa?
Los rincones difíciles están por todas partes. A veces los miras y piensas “aquí no cabe ni el WiFi”. Pero aunque parezcan perdidos, tienen potencial. Aquí van los clásicos que seguro te suenan.
Esquinas del salón
Siempre hay una. Esa esquina sosa que no sabe si quiere ser artística, útil o invisible. Está ahí, mirando al vacío como esperando su momento en el metaverso.
Huecos entre muebles
Ese huequito de 15 cm entre la estantería y el sofá que parece diseñado por el enemigo. No cabe una planta, pero sí todas las pelusas del universo. Y si tienes gato, ya sabes quién lo ha reclamado.
Zonas bajo las ventanas
Demasiado bajas para un escritorio, demasiado altas para un mueble normal. Como resultado, se convierten en zona de nadie… o en parking de revistas que ya ni lees.
Paredes estrechas del pasillo
Las paredes más ignoradas del planeta. Las ves cada día, pero nunca les has dicho “hola”. No te juzgamos. Google tampoco. Pero eso puede cambiar.
Espacios detrás de las puertas
El limbo decorativo. Nunca sabes si puedes poner algo sin que la puerta lo reviente.
Rincones al lado de las escaleras
Territorio olvidado entre escalón y pared. Parece poco útil, pero con un poco de gracia puede pasar de “meh” a “¡oye, qué apañado!”.
Bajo escaleras o techos inclinados
Aquí es donde la experiencia de años jugando al Tetris por fin se demuestra. Esos espacios no se llevan bien con los muebles normales, pero con ideas raras y buenas, te hacen un combo ganador.
10 ideas para decorar rincones más difíciles de tu hogar
Vale, ya has localizado los rincones muertos de tu casa. Ahora toca revivirlos. No hace falta tirar tabiques ni hacer reformas que acaben en drama familiar. Solo necesitas un poco de ingenio, gusto y alguno que otro de estos trucos que transforman hasta el hueco más desangelado.
1. Añade iluminación indirecta para darle alma al rincón
Cuando un rincón se ve triste, casi siempre es por falta de luz. Una lámpara de pie en el salón, una tira LED tras la estantería o una guirnalda sobre la pared pueden hacer magia. La iluminación indirecta suaviza el ambiente, evita sombras duras y convierte ese espacio vacío en una zona acogedora y con rollo. Si quieres que parezca más grande o más cálido, juega con tonos blancos cálidos o colores suaves. No subestimes el poder de un buen foco bien colocado.
2. Coloca una butaca o banco pequeño y crea tu refugio personal
Ese rincón desaprovechado del pasillo o del salón puede convertirse en tu lugar favorito con solo una butaca cómoda o un banco con cojines. No necesitas que sea enorme, basta con que encaje bien y aporte funcionalidad. Añade una manta, una lámpara de lectura o una repisa al lado y ya tienes una zona de relax donde desconectar o leer un cómic. Si el espacio es estrecho, un banco tapizado también sirve como almacenaje extra. Práctico, bonito y aprovechado.
3. Apuesta por plantas: el toque verde que da vida
Pocas cosas levantan un rincón muerto como una planta. No hace falta que tengas un jardín botánico, con una monstera, una sansevieria o unas suculentas bien puestas, ese rincón pequeño cobra vida al instante. Si lo colocas cerca de la ventana o junto a una pared blanca, el efecto es todavía más potente. Usa maceteros decorativos, colgantes o incluso verticales si te falta espacio. Además, las plantas limpian el aire y dan un toque natural que suaviza cualquier decoración.
4. Decora con coleccionables que hablen de ti
Una estantería vacía o un hueco sin uso son el sitio perfecto para colocar tus coleccionables favoritos. Tazas ilustradas, vinilos antiguos, libros de culto o figuras de colección pueden transformar ese rincón olvidado en una cápsula de tu personalidad. En PIXO tenemos figuras de construcción inspiradas en héroes, villanos, criaturas fantásticas y personajes icónicos y de videojuegos. Eso sí, colócalas con gracia, no como si se hubieran caído de una caja.
5. Crea una galería vertical y aprovecha hasta el último centímetro
Cuando el espacio en el suelo escasea, la solución está en las paredes. Colgar láminas, fotos o ilustraciones en vertical permite decorar sin ocupar ni un centímetro extra. Usa marcos de distintos tamaños pero con coherencia de estilo para crear movimiento sin recargar. Una galería bien pensada puede darle carácter a una pared estrecha del pasillo o un rincón muerto del salón.
6. Instala baldas flotantes y multiplica el almacenamiento
Las baldas flotantes son ese recurso infalible para rincones difíciles. No solo decoran, también sirven para tenerlo todo a mano sin saturar el espacio. Puedes colocar libros, plantas, figuras o pequeños objetos decorativos. En salones pequeños o habitaciones con techos inclinados, las baldas a medida aprovechan cada hueco y aportan orden visual.
7. Usa cestas o cajas decorativas para domar el caos
Un rincón caótico puede transformarse en un espacio útil si sabes dónde esconder el desorden. Las cestas de fibras naturales o cajas decorativas son perfectas para guardar mantas, revistas, juguetes o incluso los mandos de la consola. Además, aportan textura y calidez al conjunto. El truco está en elegir cestas bonitas y mantenerlas a la vista sin saturar. Un rincón al lado del sofá con una cesta y una planta ya parece sacado de una revista.
8. Integra un espejo para ampliar el espacio
Los espejos son como los magos del interiorismo. Coloca uno redondo en un rincón estrecho o uno vertical junto a una ventana y notarás cómo el espacio se agranda y se ilumina sin hacer obras. Los espejos reflejan la luz natural, multiplican la sensación de amplitud y, si tienen un marco original, suman estilo. En zonas muertas o espacios con poca luz, son casi obligatorios. Además, siempre viene bien un último vistazo antes de salir de casa.
9. Pinta una pared de acento y dale un giro radical
Si un rincón se siente soso o apagado, una mano de pintura casi que puede obrar milagros. Elige un color de contraste y pinta solo una pared, o incluso media altura para aportar dinamismo sin agobiar. Los tonos intensos como azul oscuro o verde oliva aportan profundidad, mientras que los pasteles o cálidos crean armonía. Si combinas el color con un mueble o accesorio decorativo del mismo tono, el rincón parecerá pensado por un diseñador de interiores. Spoiler: lo pensaste tú.
10. Transfórmalo en un rincón temático con personalidad
¿Tienes un rincón que no sabes cómo aprovechar? Hazlo temático. Puede ser tu mini zona de lectura, un altar friki con tus personajes favoritos, una estación de café o incluso un rincón zen con velas y cojines. Lo importante es que tenga coherencia visual y una función clara. Piensa en cómo quieres sentirte en ese espacio y elige un par de objetos que lo refuercen. Un rincón bien definido no solo decora, también te invita a usarlo.
Hasta el rincón más difícil puede cobrar vida
Dar vida a rincones difíciles no solo mejora el aspecto de tu casa, también hace que la sientas más tuya. Porque esos huecos muertos, esos espacios desaprovechados que antes ignorabas, pueden convertirse en tus favoritos si les das un poco de cariño, luz y personalidad.
¿Lo mejor? No necesitas gastarte una fortuna ni contratar a un diseñador de interiores. Solo hace falta creatividad, objetos que hablen de ti y unas cuantas buenas ideas como las que acabas de ver.
Y si te apetece decorar con figuras originales, con estilo y sin perder ese punto friki que tanto nos gusta, en PIXO tienes un universo entero para elegir. ¡Dale vida a tus rincones y convierte lo olvidado en inolvidable!